A muchas nos ha pasado, y sí, puede ser suficiente para odiar ese paso esencial del skincare. Pero ojo, no se trata de dejar de usar protector solar. Se trata de encontrar el que cuide tu piel sin hacerte sufrir. ¿Por qué pasa esto? “Es más común de lo que se piensa”, explica la QF. Paula Valenzuela, PhD y Comunicadora Científica de Vichy, quien comenta que el ardor aparece por ciertos ingredientes que contienen algunos fotoprotectores. “Muchos incorporan ingredientes o fragancias que, al entrar en contacto con el contorno de ojos, una zona mucho más delgada y sensible, pueden causar irritación o lagrimeo”. Aunque la tentación sea evitarlos por completo cerca de los ojos, no es buena idea. “El contorno ocular también necesita fotoprotección diaria. La piel del contorno de ojos es la más delgada y sensible de nuestro rostro, y es una de las áreas donde primero aparecen las líneas de expresión, las manchas y hay una mayor resequedad por efecto de la exposición solar. Desde el punto de vista oftalmológico, la QF. Paula Valenzuela, detalla que “cuando los componentes del protector entran en contacto directo con la superficie ocular, alteran la película lagrimal y activan las terminaciones nerviosas, generando esa sensación de quemazón inmediata. Es una reacción normal, pero evitable si se utilizan fórmulas resistentes, de alta tolerabilidady adecuadas para piel sensible”. La nueva generación de fotoprotectores “eye-friendly” La buena noticia es que hoy existen protectores solares que no hacen llorar los ojos ni arruinan el maquillaje. “La industria dermocosmética ha avanzado mucho, y hoy hay fórmulas testadas dermatológica y oftalmológicamente, diseñadas específicamente para evitar la irritación ocular”, comenta la QF. Paula Valenzuela. Uno de ellos es la línea de fotoprotección Capital Soleil UV AGE Daily de Vichy, creada pensando justamente en esas pieles (y ojos) que reaccionan con facilidad. Su fórmula, que ha sido diseñada para ofrecer una tolerancia óptima tanto para el rostro como para la delicada zona del contorno de ojos, combina una protección muy alta frente a los rayos UVB y UVA (FPS 50+ y PA++++) potenciada por la tecnología NETLOCK, un sistema UV multi-patentado que forma una película ultrafina sobre la piel, resistente al agua, al calor y al sudor. “Esto permite que el producto permanezca en su lugar, sin desplazarse hacia los ojos, incluso cuando hace calor o transpiramos. Así, se mantiene la eficacia del filtro solar y se evita el ardor ocular”, detalla la especialista. Además, su fórmula ha sido rigurosamente testeada en pieles sensibles bajo control dermatológico y oftalmológico. En otras palabras, la fórmula de Capital Soleil UV-AGE Daily protege de manera óptima frente a la radiación UVB Y UVA no irrita y se mantiene firme todo el día en el rostro. Ideal para quienes quieren cuidar su piel sin tener que elegir entre salud y comodidad. Proteger la piel del sol no tiene por qué doler ni hacerte lagrimear. Se trata de encontrar un protector que te acomode, que puedas usar todos los días y que se sienta bien en tu piel. Porque al final, el mejor fotoprotector es el que usas sin miedo a llorar (ni a que se corra el maquillaje).
La investigadora Macarena Orchard, directora del Magíster en Métodos de Investigación Social de la Universidad Diego Portales, estimó que los resultados de las elecciones presidenciales y parlamentarias del domingo se explican en parte por una nostalgia por una mejor convivencia en Chile, aunque dijo desconocer qué periodo estuvo marcado por aquello. El ánimo de los ciudadanos fue materia de estudio en la encuesta ICSO UDP 2025, que por ejemplo, arrojó que la gente percibe la convivencia en el transporte público y las redes sociales como negativa o irrespetuosa, pues tres de cada cuatro personas han presenciado peleas, y casi la mitad ha dejado un grupo online por mal ambiente. En conversación con Lo que Queda del Día de Cooperativa, la académica planteó: El miedo a la delincuencia a veces ha parecido monopolizar mucho la conversación, pero nuestra impresión -a través de los datos- es que hay muchas cosas asociadas, como la convivencia con otros, que pueden aludir a experiencias de mayor irritación, agresividad o violencia cotidiana, que también inciden en este clima, en esta sensación de que estamos en un momento difícil. El porcentaje de personas que en nuestra encuesta dice que la conviviencia en Chile se ha deteriorado, o es más mala que antes, es altísimo. Entonces, hay una suerte de nostalgia, y sería interesante preguntarse cuál es ese pasado dorado de la convivencia en Chile. ¿Dónde estaba? ¿Cuándo fue? Y hay una idea de irritación cotidiana que los estudios vienen mostrando hace bastante tiempo, mucho antes de la elección, aseveró. Por otro lado, Orchard puntualizó que uno también podría pensar que en contextos politizados, como una elección, ese tipo de escenas cotidianas se empiezan a vincular a estos discursos de que 'el país se cae a pedazos', y eso intensifica todavía más esas experiencias, que a lo mejor en el pasado también estaban. Por eso hago la pregunta de dónde está ese pasado dorado de la convivencia. Fuente; cooperativa.cl
Con el propósito de seguir acercando a las personas al bienestar emocional, Grupo Cetep, a través de su corporación sin fines de lucro Grupo Cetep Cultura, presentó, su libro “Los Colores de la Salud Mental”, una obra que une arte, reflexión y herramientas prácticas para promover el cuidado de la salud mental en un momento en que Chile vive una de las mayores crisis de los últimos años. El evento de lanzamiento, realizado en el Campus Casona de la Universidad Andrés Bello, fue encabezado por la Dra. Macarena Gálvez, quien presentó los contenidos del libro y el proceso colaborativo detrás del proyecto. Una mirada artística y humana a un problema urgente La iniciativa nació como un concurso abierto a la comunidad, que invitó a artistas de distintos países a representar, a través de las artes gráficas, la importancia del cuidado de la salud mental. La convocatoria reunió cerca de 300 obras provenientes de Chile, Argentina, Perú, Colombia, Costa Rica, México, Estados Unidos, España e Inglaterra, de las cuales 32 fueron seleccionadas como finalistas y forman parte del libro. “Ver materializado este libro es un tremendo orgullo para todos quienes somos parte de Grupo Cetep Cultura. Es emocionante ver cómo esta publicación tiene el poder de inspirar el cuidado de la salud mental a través del lenguaje visual de estas 32 obras. Pero además, es un libro que ofrece herramientas concretas para comenzar el autocuidado. Y eso es muy potente”, destaca la Dra. Macarena Gálvez, médica psiquiatra y socia fundadora de la Corporación. El libro también incluye reflexiones y consejos de profesionales de Grupo Cetep, quienes comparten herramientas para fortalecer el bienestar emocional, fomentar la introspección y promover hábitos saludables de autocuidado. El contexto: cifras que reflejan una realidad alarmante Chile se ha posicionado como uno de los países más afectados por problemas de salud mental en el mundo. Según Ipsos Global Health Service Monitor 2025, el 68 % de los chilenos identifica la salud mental como el principal problema sanitario del país. En paralelo el Termómetro de Salud Mental ACHS–UC revela que una de cada cuatro personas presenta síntomas de ansiedad, mientras que más de 2 millones de adultos muestran signos de depresión, con una brecha marcada entre mujeres (17,4 %) y hombres (9,8 %). Además, los diagnósticos de salud mental han aumentado 145 % desde 2019, evidenciando que el bienestar emocional se ha convertido en una prioridad social urgente. Estas cifras reflejan que la salud mental es una prioridad urgente, no solo a nivel clínico, sino también social y cultural. “Los Colores de la Salud Mental” busca ser un aporte desde la creatividad y la empatía, inspirando a mirar el bienestar como una construcción colectiva. Arte, comunidad y bienestar El proyecto se inspira en la creciente evidencia que reconoce el arte como una herramienta legítima de salud pública. Investigaciones recientes ( Nature Medicine, Frontiers, JAMA Network Open, 2024–2025) demuestran que la participación artística, ya sea activa o contemplativa, tiene efectos positivos en la regulación emocional, la disminución del estrés y la mejora del bienestar psicológico. Asimismo, países como Canadá, Francia y Reino Unido han incorporado la prescripción de actividades culturales dentro de sus estrategias nacionales de salud mental, reflejando el valor del arte como vía de prevención, tratamiento y promoción del bienestar. “La salud mental no solo se cuida desde la clínica; también se construye en los espacios donde las personas se expresan y se sienten parte. El arte nos permite conectar con esas emociones y transformarlas en bienestar”, señala la Dra. Claudia Barrera, psiquiatra de Grupo Cetep. “Los Colores de la Salud Mental” estará disponible de manera gratuita en formato digital, con el fin de que cualquier persona pueda acceder a su contenido y reflexiones. Para quienes deseen contar con el libro en formato físico, este se podrá adquirir a través de los canales de Grupo Cetep Cultura, y los fondos recaudados serán destinados íntegramente a apoyar las iniciativas de la corporación, que promueven el acceso a la salud mental. Con esta iniciativa, Grupo Cetep Cultura reafirma su compromiso con democratizar el acceso a la salud mental y generar espacios donde el arte y el bienestar se encuentren para inspirar una mejor calidad de vida.
Durante años, los titulares alarmistas han advertido sobre los efectos negativos de las redes sociales en la salud mental. Desde Instagram hasta TikTok, se han señalado como responsables de aumentar la ansiedad, la depresión y de generar una dependencia digital que erosiona el bienestar emocional, especialmente en adolescentes. Pero ¿y si parte de esa narrativa estuviera basada en una idea incompleta? Un nuevo estudio publicado en la revista Behavior Genetics ofrece una visión más matizada —y sorprendente— de esta cuestión. Usando datos del Netherlands Twin Register, una base de datos con décadas de seguimiento a gemelos en los Países Bajos, los investigadores analizaron a 6.492 personas entre los 16 y los 89 años. ¿El objetivo? Desenredar los vínculos reales entre el uso de redes sociales, la salud mental y, lo más importante, los factores genéticos que podrían estar en juego. Y lo que encontraron podría cambiar la conversación. Ni tan malo, ni tan bueno: una historia genética El estudio revela que el vínculo entre el uso de redes sociales y el bienestar psicológico es pequeño. En muchos casos, tan pequeño que roza lo insignificante desde el punto de vista estadístico. Pero lo verdaderamente revelador es que esas pequeñas asociaciones están, en gran medida, determinadas por factores genéticos compartidos. Es decir, no es que las redes sociales causen directamente ansiedad o depresión en todos los usuarios. Más bien, las mismas predisposiciones genéticas que pueden llevar a una persona a sentirse menos feliz o más ansiosa también podrían influir en cómo —y cuánto— utiliza las redes sociales. Este hallazgo rompe con la idea simplista de que las plataformas digitales son inherentemente tóxicas. Según los resultados, hasta un 72% de las diferencias individuales en el tiempo que pasamos en redes sociales podría explicarse por la genética. En lugar de demonizar TikTok o Instagram como si tuvieran un efecto uniforme sobre todos los usuarios, el estudio apunta hacia una interpretación más personalizada del impacto digital. No todos usamos las redes del mismo modo Los investigadores también identificaron patrones interesantes según los niveles de bienestar de los participantes. Aquellos con mayores niveles de satisfacción vital y una sensación de florecimiento —una medida que incluye propósito, relaciones positivas y desarrollo personal— tendían a usar más plataformas, pero lo hacían de forma pasiva: navegaban, observaban, leían. Por el contrario, quienes reportaban un menor bienestar psicológico eran más propensos a publicar con mayor frecuencia, pero lo hacían en un número más reducido de plataformas. Este contraste entre uso pasivo y activo podría ofrecer pistas sobre cómo cada persona busca, o evita, conexión social online. Paradójicamente, uno de los resultados más curiosos fue que el “florecimiento” estaba positivamente relacionado con un mayor uso de redes sociales. Es decir, algunas personas con buena salud mental parecen disfrutar —e incluso beneficiarse— de su tiempo en línea. Por qué usar gemelos lo cambia todo Este no es un estudio cualquiera. El uso de gemelos idénticos (que comparten el 100% de sus genes) y gemelos fraternos (que comparten alrededor del 50%) permite a los investigadores estimar con precisión cuánto de una conducta está influenciada por la genética, el ambiente compartido (como el hogar familiar) o el ambiente individual (como experiencias únicas). En este caso, al comparar cómo se relacionaban el uso de redes sociales y el bienestar entre diferentes pares de gemelos, se encontró que las similitudes estaban fuertemente ligadas a los genes . Esto no solo refuerza la idea de que existe un componente biológico en cómo usamos la tecnología, sino que también invita a repensar cómo diseñamos políticas, intervenciones o incluso límites parentales. ¿Restringir el acceso a redes? Tal vez no sea la solución En tiempos donde países y escuelas implementan restricciones al uso de móviles y redes sociales entre jóvenes, este estudio sugiere que prohibir o limitar el acceso no es una solución mágica. No todas las personas son igualmente vulnerables a los efectos negativos del uso digital, ni todas las formas de uso son iguales. De hecho, el problema puede no estar en la herramienta, sino en el usuario. O más precisamente, en la combinación única de genes, contexto vital y salud mental de cada persona. Esto refuerza la necesidad de estrategias personalizadas que tengan en cuenta los matices del comportamiento humano, y no solo estadísticas globales. ¿Qué significa esto para ti? No, tus horas en Instagram probablemente no estén pudriendo tu cerebro, como aseguran algunos titulares. Pero tampoco significa que sean inofensivas. Este estudio no exonera a las redes sociales, sino que añade una capa de complejidad. Los efectos existen, pero no son iguales para todos, y no surgen en el vacío. Dependen de quién eres, de tu genética, de tus experiencias y del modo en que interactúas con el entorno digital. Quizás la verdadera clave no esté en desconectarnos del mundo digital, sino en entender mejor cómo nos conectamos con él. Y, sobre todo, en dejar de buscar culpables universales para problemas profundamente individuales.
Se sabe que si no podemos controlar las situaciones estresantes de la vida cotidiana puede contribuir al desarrollo de trastornos mentales como la ansiedad y la depresión. Por eso, los expertos hacen hincapié en la importancia de adoptar un estilo de vida saludable y hábitos que ayuden a reducir el estrés. Entre ellos, hay varios estudios que afirman que una simple golosina (o no tanto en sus versiones sin azúcar) puede ayudar a controlarlo. Se trata del chicle. Una investigación recopiló y analizó toda una serie de trabajos que se han llevado a cabo para demostrar si mascar chicle ayuda o no a reducir el estrés. En este estudio, realizado mediante el procedimiento denominado metaanálisis, se concluyó que mascar chicle, algo tan sencillo y bien tolerado por el organismo, es un modo efectivo de reducir el estrés y la ansiedad. No obstante, también se indica que serán necesarios más estudios para su confirmación. Dentro de esta línea de investigación, el doctor Raafat W. Girgis, psiquiatra triplemente certificado en el Centro de Rehabilitación Moment of Clarity, afirmó en una nota a Wellandgood que el chicle puede hacer mucho más que enmascarar el mal aliento. Según el doctor Girgis, mascar chicle puede ayudar a disminuir la respuesta del sistema nervioso de lucha o huida y reducir la ansiedad. “En humanos, algunos estudios demuestran que masticar chicle durante la exposición al estrés disminuye los niveles de cortisol plasmático y salival y reduce el estrés mental”, afirmó un estudio llamado “La masticación como conducta para afrontar el estrés”. Pero ya hay varias investigaciones sobre la correlación entre lo que se come (o mastica) y su impacto en el sistema neurológico. Recientemente, la doctora Sasha Hamdani, psiquiatra especialista en trastorno por déficit de atención (TDAH), reveló que los alimentos picantes, crujientes y ácidos (lo que ella llama “bocadillos sensoriales“) pueden activar los receptores cerebrales y aumentar la concentración. Según el doctor Girgis, un estudio sobre el impacto de mascar chicle en los niveles de estrés demostró que la masticación aumenta los niveles de oxígeno en sangre en la corteza prefrontal, el “centro de la personalidad” (porque es donde se procesa la información momento a momento, se la compara con experiencias pasadas y luego se reacciona ante ellas) y el hipocampo (área del cerebro responsable del aprendizaje, la memoria y el manejo de las hormonas del estrés). Las investigaciones demostraron que la exposición al estrés crónico puede afectar las capacidades cognitivas prefrontales y alterar la estructura de las dendritas, las ramificaciones en forma de árbol que nacen del cuerpo de la neurona y son responsables de recibir y transportar señales en el cerebro. También el estrés puede afectar el hipocampo en el procesamiento de la información y la memoria según las investigaciones. Los estudios también han demostrado que masticar chicle produce el aumento del flujo sanguíneo cerebral lo que puede estimular la actividad cognitiva. Teniendo en cuenta todas estas investigaciones, el doctor Girgis señaló que mascar chicle es un método eficaz para recuperar la calma porque puede promover la reducción del estrés. “Hay muchos circuitos neuronales que conectan nuestros órganos masticatorios con el cerebro, y mascar chicle puede estimular la función de estas áreas”, dijo Girgis. De ahí que mascar chicle también pueda ayudar a reenfocar la atención, cuando los niveles de estrés o ansiedad están en su punto máximo. “Desviar la atención de cualquier cosa que pueda activar nuestro sistema nervioso de lucha o huida es algo bueno. Al masticar chicle, la atención se centra más en los aspectos físicos y menos en los mentales”, señaló el médico en Wellandgood.com. ¿Cómo lograr los efectos antiestrés del chicle? Hay estudios que indican que el sabor puede influir sobre los niveles de cortisol, la hormona del estrés, producida por las glándulas suprarrenales. Por su lado doctor Girgis comentó que cuando se trata de cuánto tiempo se debe mascar chicle recomendó unos 20 minutos aproximadamente. El médico señaló que masticar chicle antes de realizar una actividad que se sabe que estresa también puede ayudar a calmar los nervios. Si no es posible serenarse de esta manera, esta golosina de todas formas puede aportar otras ventajas, según las investigaciones: - Reduce el apetito y hace picotear menos. Concretamente, lo estudios indican que con 45 minutos mascando chicle se puede lograr este efecto. - Protege los dientes. Los chicles sin azúcar, y aquellos con xilitol como edulcorante, ejercen un efecto complementario al cepillado de dientes que reduce la inflamación de las encías, según un estudio. Sin embargo, es interesante destacar que otra investigación indica que mascar chicles de menta reduce las ganas de comer fruta, y esto, sin duda, afectaría a una buena alimentación ya que los vegetales son piezas muy ricas nutricionalmente.
A muchas nos ha pasado, y sí, puede ser suficiente para odiar ese paso esencial del skincare. Pero ojo, no se trata de dejar de usar protector solar. Se trata de encontrar el que cuide tu piel sin hacerte sufrir. ¿Por qué pasa esto? “Es más común de lo que se piensa”, explica la QF. Paula Valenzuela, PhD y Comunicadora Científica de Vichy, quien comenta que el ardor aparece por ciertos ingredientes que contienen algunos fotoprotectores. “Muchos incorporan ingredientes o fragancias que, al entrar en contacto con el contorno de ojos, una zona mucho más delgada y sensible, pueden causar irritación o lagrimeo”. Aunque la tentación sea evitarlos por completo cerca de los ojos, no es buena idea. “El contorno ocular también necesita fotoprotección diaria. La piel del contorno de ojos es la más delgada y sensible de nuestro rostro, y es una de las áreas donde primero aparecen las líneas de expresión, las manchas y hay una mayor resequedad por efecto de la exposición solar. Desde el punto de vista oftalmológico, la QF. Paula Valenzuela, detalla que “cuando los componentes del protector entran en contacto directo con la superficie ocular, alteran la película lagrimal y activan las terminaciones nerviosas, generando esa sensación de quemazón inmediata. Es una reacción normal, pero evitable si se utilizan fórmulas resistentes, de alta tolerabilidady adecuadas para piel sensible”. La nueva generación de fotoprotectores “eye-friendly” La buena noticia es que hoy existen protectores solares que no hacen llorar los ojos ni arruinan el maquillaje. “La industria dermocosmética ha avanzado mucho, y hoy hay fórmulas testadas dermatológica y oftalmológicamente, diseñadas específicamente para evitar la irritación ocular”, comenta la QF. Paula Valenzuela. Uno de ellos es la línea de fotoprotección Capital Soleil UV AGE Daily de Vichy, creada pensando justamente en esas pieles (y ojos) que reaccionan con facilidad. Su fórmula, que ha sido diseñada para ofrecer una tolerancia óptima tanto para el rostro como para la delicada zona del contorno de ojos, combina una protección muy alta frente a los rayos UVB y UVA (FPS 50+ y PA++++) potenciada por la tecnología NETLOCK, un sistema UV multi-patentado que forma una película ultrafina sobre la piel, resistente al agua, al calor y al sudor. “Esto permite que el producto permanezca en su lugar, sin desplazarse hacia los ojos, incluso cuando hace calor o transpiramos. Así, se mantiene la eficacia del filtro solar y se evita el ardor ocular”, detalla la especialista. Además, su fórmula ha sido rigurosamente testeada en pieles sensibles bajo control dermatológico y oftalmológico. En otras palabras, la fórmula de Capital Soleil UV-AGE Daily protege de manera óptima frente a la radiación UVB Y UVA no irrita y se mantiene firme todo el día en el rostro. Ideal para quienes quieren cuidar su piel sin tener que elegir entre salud y comodidad. Proteger la piel del sol no tiene por qué doler ni hacerte lagrimear. Se trata de encontrar un protector que te acomode, que puedas usar todos los días y que se sienta bien en tu piel. Porque al final, el mejor fotoprotector es el que usas sin miedo a llorar (ni a que se corra el maquillaje).
La investigadora Macarena Orchard, directora del Magíster en Métodos de Investigación Social de la Universidad Diego Portales, estimó que los resultados de las elecciones presidenciales y parlamentarias del domingo se explican en parte por una nostalgia por una mejor convivencia en Chile, aunque dijo desconocer qué periodo estuvo marcado por aquello. El ánimo de los ciudadanos fue materia de estudio en la encuesta ICSO UDP 2025, que por ejemplo, arrojó que la gente percibe la convivencia en el transporte público y las redes sociales como negativa o irrespetuosa, pues tres de cada cuatro personas han presenciado peleas, y casi la mitad ha dejado un grupo online por mal ambiente. En conversación con Lo que Queda del Día de Cooperativa, la académica planteó: El miedo a la delincuencia a veces ha parecido monopolizar mucho la conversación, pero nuestra impresión -a través de los datos- es que hay muchas cosas asociadas, como la convivencia con otros, que pueden aludir a experiencias de mayor irritación, agresividad o violencia cotidiana, que también inciden en este clima, en esta sensación de que estamos en un momento difícil. El porcentaje de personas que en nuestra encuesta dice que la conviviencia en Chile se ha deteriorado, o es más mala que antes, es altísimo. Entonces, hay una suerte de nostalgia, y sería interesante preguntarse cuál es ese pasado dorado de la convivencia en Chile. ¿Dónde estaba? ¿Cuándo fue? Y hay una idea de irritación cotidiana que los estudios vienen mostrando hace bastante tiempo, mucho antes de la elección, aseveró. Por otro lado, Orchard puntualizó que uno también podría pensar que en contextos politizados, como una elección, ese tipo de escenas cotidianas se empiezan a vincular a estos discursos de que 'el país se cae a pedazos', y eso intensifica todavía más esas experiencias, que a lo mejor en el pasado también estaban. Por eso hago la pregunta de dónde está ese pasado dorado de la convivencia. Fuente; cooperativa.cl
Con el propósito de seguir acercando a las personas al bienestar emocional, Grupo Cetep, a través de su corporación sin fines de lucro Grupo Cetep Cultura, presentó, su libro “Los Colores de la Salud Mental”, una obra que une arte, reflexión y herramientas prácticas para promover el cuidado de la salud mental en un momento en que Chile vive una de las mayores crisis de los últimos años. El evento de lanzamiento, realizado en el Campus Casona de la Universidad Andrés Bello, fue encabezado por la Dra. Macarena Gálvez, quien presentó los contenidos del libro y el proceso colaborativo detrás del proyecto. Una mirada artística y humana a un problema urgente La iniciativa nació como un concurso abierto a la comunidad, que invitó a artistas de distintos países a representar, a través de las artes gráficas, la importancia del cuidado de la salud mental. La convocatoria reunió cerca de 300 obras provenientes de Chile, Argentina, Perú, Colombia, Costa Rica, México, Estados Unidos, España e Inglaterra, de las cuales 32 fueron seleccionadas como finalistas y forman parte del libro. “Ver materializado este libro es un tremendo orgullo para todos quienes somos parte de Grupo Cetep Cultura. Es emocionante ver cómo esta publicación tiene el poder de inspirar el cuidado de la salud mental a través del lenguaje visual de estas 32 obras. Pero además, es un libro que ofrece herramientas concretas para comenzar el autocuidado. Y eso es muy potente”, destaca la Dra. Macarena Gálvez, médica psiquiatra y socia fundadora de la Corporación. El libro también incluye reflexiones y consejos de profesionales de Grupo Cetep, quienes comparten herramientas para fortalecer el bienestar emocional, fomentar la introspección y promover hábitos saludables de autocuidado. El contexto: cifras que reflejan una realidad alarmante Chile se ha posicionado como uno de los países más afectados por problemas de salud mental en el mundo. Según Ipsos Global Health Service Monitor 2025, el 68 % de los chilenos identifica la salud mental como el principal problema sanitario del país. En paralelo el Termómetro de Salud Mental ACHS–UC revela que una de cada cuatro personas presenta síntomas de ansiedad, mientras que más de 2 millones de adultos muestran signos de depresión, con una brecha marcada entre mujeres (17,4 %) y hombres (9,8 %). Además, los diagnósticos de salud mental han aumentado 145 % desde 2019, evidenciando que el bienestar emocional se ha convertido en una prioridad social urgente. Estas cifras reflejan que la salud mental es una prioridad urgente, no solo a nivel clínico, sino también social y cultural. “Los Colores de la Salud Mental” busca ser un aporte desde la creatividad y la empatía, inspirando a mirar el bienestar como una construcción colectiva. Arte, comunidad y bienestar El proyecto se inspira en la creciente evidencia que reconoce el arte como una herramienta legítima de salud pública. Investigaciones recientes ( Nature Medicine, Frontiers, JAMA Network Open, 2024–2025) demuestran que la participación artística, ya sea activa o contemplativa, tiene efectos positivos en la regulación emocional, la disminución del estrés y la mejora del bienestar psicológico. Asimismo, países como Canadá, Francia y Reino Unido han incorporado la prescripción de actividades culturales dentro de sus estrategias nacionales de salud mental, reflejando el valor del arte como vía de prevención, tratamiento y promoción del bienestar. “La salud mental no solo se cuida desde la clínica; también se construye en los espacios donde las personas se expresan y se sienten parte. El arte nos permite conectar con esas emociones y transformarlas en bienestar”, señala la Dra. Claudia Barrera, psiquiatra de Grupo Cetep. “Los Colores de la Salud Mental” estará disponible de manera gratuita en formato digital, con el fin de que cualquier persona pueda acceder a su contenido y reflexiones. Para quienes deseen contar con el libro en formato físico, este se podrá adquirir a través de los canales de Grupo Cetep Cultura, y los fondos recaudados serán destinados íntegramente a apoyar las iniciativas de la corporación, que promueven el acceso a la salud mental. Con esta iniciativa, Grupo Cetep Cultura reafirma su compromiso con democratizar el acceso a la salud mental y generar espacios donde el arte y el bienestar se encuentren para inspirar una mejor calidad de vida.
Durante años, los titulares alarmistas han advertido sobre los efectos negativos de las redes sociales en la salud mental. Desde Instagram hasta TikTok, se han señalado como responsables de aumentar la ansiedad, la depresión y de generar una dependencia digital que erosiona el bienestar emocional, especialmente en adolescentes. Pero ¿y si parte de esa narrativa estuviera basada en una idea incompleta? Un nuevo estudio publicado en la revista Behavior Genetics ofrece una visión más matizada —y sorprendente— de esta cuestión. Usando datos del Netherlands Twin Register, una base de datos con décadas de seguimiento a gemelos en los Países Bajos, los investigadores analizaron a 6.492 personas entre los 16 y los 89 años. ¿El objetivo? Desenredar los vínculos reales entre el uso de redes sociales, la salud mental y, lo más importante, los factores genéticos que podrían estar en juego. Y lo que encontraron podría cambiar la conversación. Ni tan malo, ni tan bueno: una historia genética El estudio revela que el vínculo entre el uso de redes sociales y el bienestar psicológico es pequeño. En muchos casos, tan pequeño que roza lo insignificante desde el punto de vista estadístico. Pero lo verdaderamente revelador es que esas pequeñas asociaciones están, en gran medida, determinadas por factores genéticos compartidos. Es decir, no es que las redes sociales causen directamente ansiedad o depresión en todos los usuarios. Más bien, las mismas predisposiciones genéticas que pueden llevar a una persona a sentirse menos feliz o más ansiosa también podrían influir en cómo —y cuánto— utiliza las redes sociales. Este hallazgo rompe con la idea simplista de que las plataformas digitales son inherentemente tóxicas. Según los resultados, hasta un 72% de las diferencias individuales en el tiempo que pasamos en redes sociales podría explicarse por la genética. En lugar de demonizar TikTok o Instagram como si tuvieran un efecto uniforme sobre todos los usuarios, el estudio apunta hacia una interpretación más personalizada del impacto digital. No todos usamos las redes del mismo modo Los investigadores también identificaron patrones interesantes según los niveles de bienestar de los participantes. Aquellos con mayores niveles de satisfacción vital y una sensación de florecimiento —una medida que incluye propósito, relaciones positivas y desarrollo personal— tendían a usar más plataformas, pero lo hacían de forma pasiva: navegaban, observaban, leían. Por el contrario, quienes reportaban un menor bienestar psicológico eran más propensos a publicar con mayor frecuencia, pero lo hacían en un número más reducido de plataformas. Este contraste entre uso pasivo y activo podría ofrecer pistas sobre cómo cada persona busca, o evita, conexión social online. Paradójicamente, uno de los resultados más curiosos fue que el “florecimiento” estaba positivamente relacionado con un mayor uso de redes sociales. Es decir, algunas personas con buena salud mental parecen disfrutar —e incluso beneficiarse— de su tiempo en línea. Por qué usar gemelos lo cambia todo Este no es un estudio cualquiera. El uso de gemelos idénticos (que comparten el 100% de sus genes) y gemelos fraternos (que comparten alrededor del 50%) permite a los investigadores estimar con precisión cuánto de una conducta está influenciada por la genética, el ambiente compartido (como el hogar familiar) o el ambiente individual (como experiencias únicas). En este caso, al comparar cómo se relacionaban el uso de redes sociales y el bienestar entre diferentes pares de gemelos, se encontró que las similitudes estaban fuertemente ligadas a los genes . Esto no solo refuerza la idea de que existe un componente biológico en cómo usamos la tecnología, sino que también invita a repensar cómo diseñamos políticas, intervenciones o incluso límites parentales. ¿Restringir el acceso a redes? Tal vez no sea la solución En tiempos donde países y escuelas implementan restricciones al uso de móviles y redes sociales entre jóvenes, este estudio sugiere que prohibir o limitar el acceso no es una solución mágica. No todas las personas son igualmente vulnerables a los efectos negativos del uso digital, ni todas las formas de uso son iguales. De hecho, el problema puede no estar en la herramienta, sino en el usuario. O más precisamente, en la combinación única de genes, contexto vital y salud mental de cada persona. Esto refuerza la necesidad de estrategias personalizadas que tengan en cuenta los matices del comportamiento humano, y no solo estadísticas globales. ¿Qué significa esto para ti? No, tus horas en Instagram probablemente no estén pudriendo tu cerebro, como aseguran algunos titulares. Pero tampoco significa que sean inofensivas. Este estudio no exonera a las redes sociales, sino que añade una capa de complejidad. Los efectos existen, pero no son iguales para todos, y no surgen en el vacío. Dependen de quién eres, de tu genética, de tus experiencias y del modo en que interactúas con el entorno digital. Quizás la verdadera clave no esté en desconectarnos del mundo digital, sino en entender mejor cómo nos conectamos con él. Y, sobre todo, en dejar de buscar culpables universales para problemas profundamente individuales.
Se sabe que si no podemos controlar las situaciones estresantes de la vida cotidiana puede contribuir al desarrollo de trastornos mentales como la ansiedad y la depresión. Por eso, los expertos hacen hincapié en la importancia de adoptar un estilo de vida saludable y hábitos que ayuden a reducir el estrés. Entre ellos, hay varios estudios que afirman que una simple golosina (o no tanto en sus versiones sin azúcar) puede ayudar a controlarlo. Se trata del chicle. Una investigación recopiló y analizó toda una serie de trabajos que se han llevado a cabo para demostrar si mascar chicle ayuda o no a reducir el estrés. En este estudio, realizado mediante el procedimiento denominado metaanálisis, se concluyó que mascar chicle, algo tan sencillo y bien tolerado por el organismo, es un modo efectivo de reducir el estrés y la ansiedad. No obstante, también se indica que serán necesarios más estudios para su confirmación. Dentro de esta línea de investigación, el doctor Raafat W. Girgis, psiquiatra triplemente certificado en el Centro de Rehabilitación Moment of Clarity, afirmó en una nota a Wellandgood que el chicle puede hacer mucho más que enmascarar el mal aliento. Según el doctor Girgis, mascar chicle puede ayudar a disminuir la respuesta del sistema nervioso de lucha o huida y reducir la ansiedad. “En humanos, algunos estudios demuestran que masticar chicle durante la exposición al estrés disminuye los niveles de cortisol plasmático y salival y reduce el estrés mental”, afirmó un estudio llamado “La masticación como conducta para afrontar el estrés”. Pero ya hay varias investigaciones sobre la correlación entre lo que se come (o mastica) y su impacto en el sistema neurológico. Recientemente, la doctora Sasha Hamdani, psiquiatra especialista en trastorno por déficit de atención (TDAH), reveló que los alimentos picantes, crujientes y ácidos (lo que ella llama “bocadillos sensoriales“) pueden activar los receptores cerebrales y aumentar la concentración. Según el doctor Girgis, un estudio sobre el impacto de mascar chicle en los niveles de estrés demostró que la masticación aumenta los niveles de oxígeno en sangre en la corteza prefrontal, el “centro de la personalidad” (porque es donde se procesa la información momento a momento, se la compara con experiencias pasadas y luego se reacciona ante ellas) y el hipocampo (área del cerebro responsable del aprendizaje, la memoria y el manejo de las hormonas del estrés). Las investigaciones demostraron que la exposición al estrés crónico puede afectar las capacidades cognitivas prefrontales y alterar la estructura de las dendritas, las ramificaciones en forma de árbol que nacen del cuerpo de la neurona y son responsables de recibir y transportar señales en el cerebro. También el estrés puede afectar el hipocampo en el procesamiento de la información y la memoria según las investigaciones. Los estudios también han demostrado que masticar chicle produce el aumento del flujo sanguíneo cerebral lo que puede estimular la actividad cognitiva. Teniendo en cuenta todas estas investigaciones, el doctor Girgis señaló que mascar chicle es un método eficaz para recuperar la calma porque puede promover la reducción del estrés. “Hay muchos circuitos neuronales que conectan nuestros órganos masticatorios con el cerebro, y mascar chicle puede estimular la función de estas áreas”, dijo Girgis. De ahí que mascar chicle también pueda ayudar a reenfocar la atención, cuando los niveles de estrés o ansiedad están en su punto máximo. “Desviar la atención de cualquier cosa que pueda activar nuestro sistema nervioso de lucha o huida es algo bueno. Al masticar chicle, la atención se centra más en los aspectos físicos y menos en los mentales”, señaló el médico en Wellandgood.com. ¿Cómo lograr los efectos antiestrés del chicle? Hay estudios que indican que el sabor puede influir sobre los niveles de cortisol, la hormona del estrés, producida por las glándulas suprarrenales. Por su lado doctor Girgis comentó que cuando se trata de cuánto tiempo se debe mascar chicle recomendó unos 20 minutos aproximadamente. El médico señaló que masticar chicle antes de realizar una actividad que se sabe que estresa también puede ayudar a calmar los nervios. Si no es posible serenarse de esta manera, esta golosina de todas formas puede aportar otras ventajas, según las investigaciones: - Reduce el apetito y hace picotear menos. Concretamente, lo estudios indican que con 45 minutos mascando chicle se puede lograr este efecto. - Protege los dientes. Los chicles sin azúcar, y aquellos con xilitol como edulcorante, ejercen un efecto complementario al cepillado de dientes que reduce la inflamación de las encías, según un estudio. Sin embargo, es interesante destacar que otra investigación indica que mascar chicles de menta reduce las ganas de comer fruta, y esto, sin duda, afectaría a una buena alimentación ya que los vegetales son piezas muy ricas nutricionalmente.