26 de febrero de 2024
Las vacaciones son fundamentales para recuperarnos del trasiego anual, son una forma de tomarse un respiro, disfrutar y desconectar de las obligaciones laborales. Aprende a prevenir el estrés.
Sin embargo, para algunas personas, las vacaciones suponen “el despertador de todos los conflictos” personales e interpersonales convirtiéndose en una fuente de ansiedad y estrés.
De la misma manera el cambio del ritmo de vida vacacional a las exigencias de la vida laboral, suelen tener unas repercusiones en nuestro organismo, el cual necesita un tiempo para adaptarse a las exigencias de la rutina.
El estrés es una respuesta de nuestro organismo que aparece ante la percepción de que las demandas del medio sobrepasan nuestra capacidad para afrontarlas. Cualquier cambio en nuestra vida, nos puede generar estrés. En función de cómo valoremos las consecuencias de dicha situación o cambio, es estrés puede ser positivo (eutrés) o negativo (distrés).
El estrés es una respuesta automática e involuntaria que implica un importante aumento de los niveles de activación fisiológica y psicológica pudiendo desencadenar paralelamente una reacción de ansiedad.
Si las respuestas de estrés negativo se repiten con excesiva frecuencia, intensidad o duración, pueden producir un desgaste importante y facilitar el agotamiento de los recursos personales (físicos y psicológicos), desencadenando en problemáticas:
Psicológicas: Problemas de relación familiar y social, insomnio, irritabilidad, dificultad en la concentración, atención y memoria, cambio del estado de ánimo, sensación de insatisfacción, etc.
Físicas: Úlceras, mareos, dolores de cabeza, tensión muscular, cansancio, dolores abdominales, problemas dermatológicos, problemas sexuales, problemas endocrinos, etc.
Conductuales: Evitar situaciones temidas, hacer rituales, tics, llorar, tartamudear, fumar, beber o comer en exceso, tomar ansiolíticos por sistema, etc.
Algunos consejos para prevenir el estrés tras las vacaciones: